Pablo Moro nació en Oviedo (Asturias) un 20 de diciembre de 1978. No hay duda que venir al mundo sólo catorce días después de la Constitución española y vivir veinticinco años a la orilla de una estación de autobuses le marca a uno el carácter. Estudió doce años en un colegio de curas dominicos y fue descubriendo que el mundo era más grande de lo que había pensado y que nadie se quedaba ciego por aquello. Y todo transcurrió tranquilamente entre discos de su hermano, libros casi prohibidos y algú...
Pablo Moro nació en Oviedo (Asturias) un 20 de diciembre de 1978. No hay duda que venir al mundo sólo catorce días después de la Constitución española y vivir veinticinco años a la orilla de una estación de autobuses le marca a uno el carácter. Estudió doce años en un colegio de curas dominicos y fue descubriendo que el mundo era más grande de lo que había pensado y que nadie se quedaba ciego por aquello. Y todo transcurrió tranquilamente entre discos de su hermano, libros casi prohibidos y algún que otro viaje. La duda y el miedo le hicieron optar por estudiar filología hispánica cuando a él, como a todos, le hubiera gustado ser astronauta o torero, o matar algún torero o ser el primer el hombre que pudo volar por sí sólo. Fue aprendiendo a molestar a los vecinos imitando a Sabina y a Bob Dylan y a Serrat y a los Stones y a Bowie y a todo el que se pusiera por delante si traía canciones que valieran la pena. Un día cogió un papel y pensó que no estaría mal contarle a sus amigos lo que ellos mismos le habían ido enseñando y nacieron las canciones que aún sigue cantando cuando nadie le escucha, de noche, porque la noche es el desván en el que sigue jugando como un niño, buscando reconocerse en el espejo, esperando que el teléfono suene y alguien le invite a seguir soñando... Después de multitud de maquetas y participaciones en distintos recopilatorios, se edita a finales del 2005 su primer disco bajo el titulo de “Emepetreses” (Carlito Records) y la producción de David Ferreiro. Este trabajo, le abriría las puertas de emisoras de radio y televisión. En septiembre de 2007, sale a la luz su segundo disco “Smoking Point” (Carlito Records / EMI) y que le supone un reconocimiento importante por parte de la crítica especializada y de un público que cada vez es mas numeroso. Realiza varías colaboraciones tanto en directo como en discos, entre los que destaca la grabación del single “Ganar o perder” (Boomerang Discos) junto a destacados deportistas asturianos (Javi Villa, Mejuto González, Santi Pérez…). Ha recibido el premio AMAS (anuario de la música asturiana) en 2006 al mejor letrista con su álbum “emepetreses” y en el 2007 al mejor disco por Smoking Point, además de mejor video clip con el tema “El último Vals”. Ahora, en 2008 se publíca “Somking Point” en Argentina bajo el sello Tocka Discos y la distribución de Sony BMG Argentina. Además, protagoniza dos importantes giras por el país gaucho, una en acústico en el mes de junio y otra con su banda (Los Chicos Listos) en septiembre, donde participará en uno de los festivales de rock mas importantes de Latinoamérica, el Pepsi Music. - EL DISCO "Smoking Point" Explica Pablo que el título, la canción y el concepto de Smoking Point nacieron a las seis de la mañana de un día de Marzo en un punto de fumadores de la tan traída y llevada Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, en Madrid. Asegura que después de desayunar quiso fumar un cigarrillo y se colocó entre las líneas que delimitaban la zona habilitada para tal efecto, compartiendo espacio con, a saber: un par de hombres jóvenes vestidos con traje que cargaban ordenadores portátiles, un hombre australiano que le pidió un pitillo, una chica a la que pidió fuego, dos azafatas de vuelo, un chico cuya cara juraría haber visto antes y otro hombre cuyo rostro prometería no haber cruzado jamás. Reconoce que todo tenía cierto aire melancólico como el que quería lograr para el disco que estaba preparando. Afirma que en aquel momento la realidad parecía estar difuminada y confundirse con cosas que sólo ocurren en los pensamientos de la gente. Como si pudiera ver lo que el resto del mundo tenía en la cabeza. Fue entonces cuando pensó, según sus propias palabras, que “aquel punto de fumadores encerrado en mitad del aeropuerto ejemplificaba a la perfección su situación personal”, su manera de ver el mundo, la vuelta de tuerca que andaba buscando. Un lugar de orden dentro del caos, o de caos dentro del orden, dónde todo el que se detiene por un corto espacio de tiempo tiene una historia que contar, una estela arrastrada, un poso, como la ceniza de un cigarro. Una realidad que queda, diferente, cuando desaparece la realidad. De ahí que las canciones que conforman este nuevo disco no tengan sólo una lectura, sino que existen varias interpretaciones. De ahí también que Smoking Point, en contraste con Emepetreses, su anterior trabajo, más directo y evidente, sea un disco para disfrutar tranquila y relajadamente, encontrando, en repetidas escuchas, ideas o matices que antes parecían no estar, o que estaban escondidos. Explica Pablo que para encontrar el camino correcto necesitó la ayuda de músicos cómplices, talentos en los que apoyarse para dar con la forma idónea que necesitaban las canciones. Y tuvo la fortuna de topar con Los Chicos Listos, una banda de reconocidos músicos asturianos que entendieron perfectamente el proyecto y lo asumieron como suyo. Al frente, Álvaro Bárcena, supo traducir la locura que rondaba la cabeza de Pablo y poner en orden todo ese caos. Smoking Point es el nuevo trabajo de Pablo Moro, un disco de canciones con mayúscula que pretenden, como siempre, ayudar a que el mundo sea un poco más habitable; un crimen, ojalá perfecto, con el que acabar, al menos en lo que quema un cigarro, con el tedio y la rutina; un lugar donde esperar por un vuelo que nos lleve lejos....lo suficientemente lejos. Read more on Last.fm. User-contributed text is available under the Creative Commons By-SA License; additional terms may apply.